Lucy Calderón 21 March 2013
El Atlas está disponible en español y dentro de seis meses contará con una versión en inglés
ARS/USDA
[CIUDAD DE GUATEMALA] Conocer la existencia, distribución actual y potencial, estado de conservación y posibles riesgos que acechan a los parientes silvestres de 105 especies de cultivos guatemaltecos estrechamente ligados a la alimentación global, como maíz, frijol, yuca y camote, es el objetivo del Atlas Guatemalteco de Parientes Silvestres de Plantas Cultivadas.
La herramienta —destacada en la edición de marzo de la revista Agricultural Research— es un atlas en línea, interactivo y gratuito, que incluye 2.593 registros científicos de muestras de herbario y/o germoplasma, conservadas en instituciones locales y extranjeras.
El material es de gran interés para quienes trabajan resguardando la biodiversidad y la seguridad alimentaria“Esta herramienta será útil sobre todo para quienes están encargados de proteger la biodiversidad y la seguridad alimentaria en las zonas donde todavía se encuentran estos parientes silvestres”, indica aSciDev.Net el autor principal del atlas, César Azurdia, doctor en genética e investigador del Consejo Nacional de Áreas Protegidas de Guatemala.
“El atlas está sirviéndonos para hacer análisis de riesgo en bioseguridad y conocer dónde se pueden sembrar organismos genéticamente modificados, por ejemplo. Su información es un complemento de la que ya tenemos y un respaldo en la ejecución de nuestros proyectos”, comenta Mauricio Hernández, ingeniero agrónomo del Departamento de Biotecnología del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación.
Azurdia explica que si se quieren producir más y mejores alimentos para proveer a la creciente población mundial, el tipo de mejoramiento más aceptado son los cruces naturales de cultivos sin romper las barreras de las especies. Para eso, agrega, hay que ir a los orígenes, que son los parientes silvestres.
Al desarrollar el atlas se identificaron 24 especies con necesidad crítica de mejorar sus condiciones de conservación in situ. Por ejemplo, Zea luxurians, que corresponde al acervo genético del maíz, tiene únicamente tres por ciento de su distribución potencial en áreas protegidas.
“Solo los acervos genéticos de la papa y los frijoles podrían considerarse como conservados fuera de su lugar de origen a un nivel seguro”, indica la botánica Karen Williams, del Laboratorio Nacional de Recursos de Germoplasma, dependiente del Departamento de Agricultura estadounidense, quien también participó en la elaboración del atlas.
Para su elaboración se recurrió a herbarios en Guatemala, Estados Unidos, México y Honduras, además de incorporar información relativa a bancos de germoplasma internacionales. Los datos se trasladaron a un Sistema Geográfico Computarizado para la elaboración de mapas y se contó con la revisión y contribución de varios especialistas en cada especie vegetal.
“Estoy contento con el aporte de esta herramienta científica pionera a nivel mundial en su clase, porque además de dar a conocer a Guatemala como uno de los centros más importantes del planeta en diversidad de plantas cultivadas, están sentándose las bases de una metodología que puede ser replicada por muchos países”, enfatiza Azurdia. Actualmente está en preparación un atlas similar basado en Paraguay.
REFERENCES
Agricultural Research, Marzo 2013 - Vol. 61, No. 3
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