Nota descriptiva N°194
Marzo de 2012
Datos y cifras
Las infecciones causadas por microorganismos resistentes no responden al tratamiento ordinario, lo que trae como consecuencia una enfermedad prolongada y el riesgo de morir.
Cada año se producen unos 440 000 casos nuevos de tuberculosis multirresistente que causan al menos 150 000 muertes.
La resistencia a los antipalúdicos de la generación anterior, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina, es generalizada en la mayoría de los países donde el paludismo es endémico.
Un alto porcentaje de infecciones hospitalarias se debe a bacterias muy resistentes, como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina.
El uso inadecuado e irracional de los antimicrobianos crea condiciones favorables a la aparición, propagación y persistencia de microorganismos resistentes.
¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?
Es el fenómeno por el cual un microorganismo deja de verse afectado por un antimicrobiano al que anteriormente era sensible. Los microorganismos resistentes (entre ellos las bacterias, los virus y algunos parásitos) son inmunes a los efectos de los antimicrobianos, como los antibióticos, los antivíricos o los antipalúdicos, de modo que los tratamientos habituales se vuelven ineficaces y las infecciones persisten y pueden transmitirse a otras personas. La resistencia es una consecuencia del uso de los antimicrobianos, y en particular de su abuso, y surge por mutación del microorganismo o adquisición de genes de resistencia.
¿Por qué es motivo de preocupación mundial?
La resistencia a los antimicrobianos mata.
Las infecciones por microorganismos resistentes no responden a los tratamientos habituales, lo cual prolonga la duración de la enfermedad y aumenta el riesgo de muerte.
Pone en peligro el control de las enfermedades infecciosas.
La RAM reduce la eficacia del tratamiento, con lo que los enfermos persisten infectados por más tiempo, hecho que a su vez propicia la propagación de los microorganismos resistentes a otras personas.
Amenaza de hacer retroceder a la humanidad a la época anterior al descubrimiento de los antibióticos.
Existe el riesgo de que muchas enfermedades infecciosas se vuelvan intratables, lo cual podría echar por tierra lo que se ha conseguido para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio relacionados con la salud para el año 2015.
Encarece la asistencia médica.
Cuando las infecciones dejan de responder a los medicamentos de primera línea, hay que recurrir a productos más caros. La prolongación de la enfermedad y del tratamiento, a menudo en hospitales, también aumenta los costos asistenciales y la carga económica sobre las familias y la sociedad. La resistencia del VIH a los medicamentos antirretrovíricos es un motivo de preocupación cada vez mayor.
Pone en riesgo los logros de la sociedad en materia de asistencia sanitaria.
En efecto, hace peligrar los adelantos de la medicina moderna. En ausencia de antimicrobianos eficaces para el tratamiento y la prevención se pondría en peligro el éxito de tratamientos como el trasplante de órganos, la quimioterapia antineoplásica o las grandes intervenciones quirúrgicas.
Afecta a la seguridad sanitaria y perjudica el comercio y las economías.
El aumento del comercio y los viajes internacionales permite que los microorganismos resistentes se propaguen rápidamente a países y continentes lejanos..
Datos sobre la resistencia a los antimicrobianos
Cada año se producen unos 440 000 casos nuevos de tuberculosis multirresistente que causan como mínimo 150 000 defunciones. Hasta la fecha, la tuberculosis ultrarresistente se ha notificado en 64 países.
La resistencia a los antipalúdicos de la generación anterior, como la cloroquina o la sulfadoxina-pirimetamina, es generalizada en la mayoría de los países donde el paludismo es endémico. En Asia Sudoriental están surgiendo cepas de Plasmodium falciparum resistentes a las artemisininas; las infecciones están tardando más tiempo en curarse tras el inicio del tratamiento, lo cual indica resistencia del parásito.
Un porcentaje elevado de las infecciones contraídas en los hospitales son causadas por bacterias muy resistentes, como Staphylococcus aureus resistente a la meticilina o los enterococos resistentes a la vancomicina.
La resistencia al tratamiento de la infección por el VIH empieza a ser preocupante tras la rápida expansión del acceso a los antirretrovíricos en los últimos años; se están efectuando encuestas nacionales para detectar y monitorizar esta resistencia.
El ciprofloxacino es el único antibiótico recomendado actualmente por la OMS para tratar la diarrea sanguinolenta por Shigella, una vez que estos microorganismos han adquirido una resistencia generalizada a otros antibióticos que antes eran eficaces. No obstante, el rápido aumento de la prevalencia de la resistencia al ciprofloxacino está reduciendo las opciones terapéuticas eficaces y seguras, sobre todo en los niños. Se necesitan con urgencia nuevos antibióticos de uso oral.
La RAM se ha convertido en un grave problema en el tratamiento de la gonorrea (enfermedad causada por Neisseria gonorrhoeae), pues está afectando incluso a la última generación de cefalosporinas orales y su prevalencia está en aumento en todo el mundo. Las infecciones gonocócicas intratables aumentarían las tasas de morbilidad y mortalidad y anularían los avances hechos en el control de esta infección de transmisión sexual.
Han aparecido nuevos mecanismos de resistencia, como la betalactamasa NDM-1, en varios bacilos gram-negativos. Esto puede volver ineficaces varios antibióticos potentes que a menudo se utilizan como última defensa frente a cepas bacterianas multirresistentes.
¿Cuál es la causa de la resistencia a los antimicrobianos?
El uso inadecuado e irracional de los antimicrobianos crea condiciones favorables a la aparición y propagación de microorganismos resistentes. Ello ocurre, por ejemplo, cuando los pacientes no toman el tratamiento completo con el antimicrobiano recetado o cuando dicho medicamento es de mala calidad.
Factores fundamentales que favorecen la aparición de resistencia a los antimicrobianos:
insuficiente compromiso nacional con una respuesta integral y coordinada al problema, mala definición de la rendición de cuentas y escasa participación de las comunidades;
inexistencia o debilidad de los sistemas de vigilancia;
incapacidad de los sistemas para velar por la calidad y el suministro ininterrumpido de medicamentos;
uso inadecuado e irracional de los medicamentos, especialmente en la ganadería;
prácticas deficientes en materia de prevención y control de las infecciones;
escasez de medios de diagnóstico, medicamentos y vacunas, así como deficiencias en materia de investigación y desarrollo de nuevos productos.
Combatamos la resistencia a los antimicrobianos: si no actuamos hoy, no habrá cura mañana
La aparición de la RAM es un problema complejo impulsado por muchos factores interrelacionados; por lo tanto, las intervenciones únicas y aisladas surten poco efecto. Se necesitan urgentemente respuestas multisectoriales a escala mundial y nacional para combatir esta amenaza cada vez mayor.
Respuesta de la OMS
La OMS está orientando la respuesta a la RAM mediante:
orientaciones normativas, apoyo a la vigilancia, asistencia técnica, generación de conocimientos y alianzas, en particular por medio de los programas de prevención y control de enfermedades;
la garantía de la calidad, el suministro y el uso racional de los medicamentos esenciales;
la prevención y el control de las enfermedades;
la seguridad de los pacientes;
la garantía de la calidad en los laboratorios.
La OMS ha elegido la lucha contra la RAM como tema del Día Mundial de la Salud 2011. En esa fecha la OMS hará un llamamiento a la acción concertada para detener la propagación de la RAM y recomendará un conjunto de políticas de seis puntos para que los gobiernos hagan frente al problema.
La OMS exhortará a los principales interesados directos —instancias normativas y de planificación, público en general, pacientes, personal sanitario, profesionales que recetan medicamentos, farmacéuticos, dispensadores de medicamentos e industria farmacéutica— a que piensen en luchar contra la resistencia a los antimicrobianos, asuman esa responsabilidad y actúen en consecuencia.
Para más información puede ponerse en contacto con: WHO Media centre Teléfono: +41 22 791 2222
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