Se organizan excursiones para identificar las plantas,
conferencias sobre sus beneficios y exposiciones
Para
apaciguar los nervios la melisa, valeriana o tila; para adelgazar el guaraná,
la cola de caballo o el té verde; para conciliar el sueño la pasiflora... y así
un sinfín de remedios y curas a base de hierbas naturales. Porque lo
natural, los productos ecológicos y del campo vuelven. Están de moda. En
tiempos de angustia económica, tijeretazos y medicamentazos, se regresa a los
brebajes tradicionales. Aquellos que preparaban las abuelas y que decían que
curaban grandes males y cuyos ingredientes antes se hallaban fácilmente en
todas las casas. Pero el mundo de las plantas no se queda sólo en la medicina
natural. A lo largo de la historia, se ha aprendido a utilizar hierbas para
condimentar sabrosos guisos, aromatizar licores, o conservar e incluso teñir la
ropa y muchos otros beneficios en la vida cotidiana.
En la herboristería Llansà lo saben muy bien. Llevan cien años vendiendo
remedios naturales en la calle Elisabets de Barcelona. Dicen que tienen una
clientela muy fiel. Gente de toda la vida del barrio, pero que en estos últimos
tiempos han notado que está creciendo el interés de los jóvenes por estas
plantas que curan algunas dolencias o malestares cotidianos, siempre que se
haga de manera continuada y con constancia. "La gente nos pide remedios
para los nervios, el hígado, la hipertensión, el colesterol, laxantes...",
explican en este herbolario que este año cumple 104 años en Ciutat Vella.
Entrar en este comercio que tres generaciones han sacado adelante es volver al
pasado. El olor dulzón impregna la pequeña tienda de madera pintada de verde y
crema, donde los tarros en los que se almacenan las hierbas llenan todo el
ambiente. Francesca Ubach es el último eslabón de una dinastía que fundó su abuelo
en 1907 y luego heredó su madre. Sus fórmulas aún son válidas y son el secreto
mejor guardado del herbolario. "Afortunadamente, aún nos dejan hacer
mezclas de hierbas, en otras comunidades está prohibido", dice su marido
Ricardo, que trabaja con ella. En la herboristería Anormis-Irene de la calle
Ciutat, donde desde hace 72 años se venden hierbas, han diversificado un tanto
su oferta. Además de plantas medicinales, que las hacen llegar hasta de
Francia, se venden también productos dietéticos y ahora han entrado con fuerza
los preparados de píldoras elaboradas a base de hierbas. Irene Pérez, que
sustituyó hace 12 años a su tío al frente del herbolario Anormis-Irene, explica
que, al estar en Ciutat Vella, también entran muchos turistas. "La gente
ahora tiene menos tiempo y paciencia para esperar los efectos que tienen las
hierbas", explica Irene, un tanto indignada con el ritmo de vida que
llevan algunos conciudadanos.
En el Jardí Botànic d'Herbes Medicinals de Gombrèn, en Girona, hace años que
organizan conferencias y charlas para enseñar a la población cómo deben
ingerirse este tipo de plantas. Conxita Cortina, miembro de la asociación que
gestiona esta pequeña zona verde temática, explica que no es lo mismo tomarse
una manzanilla hervida, que pierde la vitamina C y provoca vómitos, que
infusionarla. "Se tiene que calentar y tapar, y que nunca llegue al punto
de ebullición. De no hacerlo así, la planta pierde muchas de sus
propiedades", advierte.
El jardín botánico es un pequeño espacio de 300 metros cuadrados con
más de 300 hierbas diferentes que crecen sin ningún orden ornamental. "Como
si estuviesen en el bosque", refiere Cortina, que se dedica en sus pocos
ratos libres a la asociación. Todas las plantas están identificadas con su
nombre e indican para qué pueden ser utilizadas. De mayo a septiembre está
abierto al público todo el día y no se debe pagar entrada para visitarlo. Para
aproximar el mundo de las hierbas a la población en general, organizan
conferencias y excursiones. "En estos últimos años hemos notado que la
gente quiere volver a los remedios caseros, pero aún existe
desconocimiento".
Esta asociación hace años que trabaja en este campo. En 1995 decidieron
difundir los beneficios de las plantas medicinales a través de este jardín, que
es una pequeña muestra de lo que se puede encontrar en los bosques de Girona. Mantienen
el jardín con la ayuda de los 140 miembros asociados, ya que en los últimos
años han perdido las subvenciones que recibían de la Administración. "Las
plantas que tenemos son de Girona, aunque también contamos con un pequeño
espacio de otro tipo de vegetación foránea", aclara Cortina.
El interés por conocer de cerca el mundo de las hierbas medicinales ha llevado
a los gestores del parque de Collserola a dedicar jornadas de paseo por este
espacio natural para enseñar a novatos cuáles son las que se pueden encontrar
allí. A lo largo de estos meses, se han organizado tres salidas, que parten de
Can Coll, en las que unas 150 personas han conocido qué plantas pueden
encontrar cerca de casa, identificarlas y saber qué beneficios tienen. Las
excursiones se han llenado, e incluso muchos interesados no pudieron asistir
por estar al completo. Al margen de estas salidas guiadas por determinadas
zonas del parque natural, también se ha organizado una muestra producida por la
Obra Social Unnim sobre las Plantas medicinales de Catalunya.
El guía de estos itinerarios es Esteve Padullés, un perito agrónomo que ha
centrado su vida profesional en el mundo de las plantas medicinales. Los grupos,
formados por una cincuentena de personas, conocen de la mano de Padullés las
hierbas medicinales que se encuentran más cerca de casa y también sus
beneficios. "Ciertamente existe un creciente interés por los usos
ancestrales de las plantas, sobre todo en las áreas urbanas", explica.
Con todo, Padullés advierte que en Collserola sólo se permite recoger frutos
del bosque, espárragos y setas para uso doméstico o consumo propio, sin
finalidades comerciales. En el parque natural se pueden encontrar tres especies
protegidas, como el tejo, la estepa ladanífera y el acebo. De hecho, están
totalmente protegidas las plantas que se encuentran en las áreas clasificadas
como áreas de vegetación singular y zonas de protección especial (Font Groga y
Rierada).
"Afortunadamente, cada día hay más viveros que apuestan por estas hierbas
y facilitan que las podamos tener en casa. Las plantas, además de aportarnos
colores y perfume en la cocina, nos cuidan sutilmente". Así, pone como
ejemplo las tradicionales habas a la catalana, que incorporan un digestivo
inmejorable como la menta, que permite digerir con mayor facilidad esta
hortaliza.
En este sentido, Padullés explica que Collserola es muy rica en este tipo de
planta. El tomillo, por ejemplo, es uno de los mejores antibióticos, o la
caléndula, una hierba omnipresente, ayuda en todo tipo de problemas
dermatológicos. "La lista es interminable", dice Padullés, divertido.
En este sentido, recomienda tener un pequeño herbolario en casa que suministre
hierbas que son imprescindibles tanto en la cocina como para solventar algunos
problemas de salud.
Las hierbas medicinales han ganado también espacio expositivo y escolar. Así,
el Museu Nacional Arqueològic de Tarragona ha albergado hasta el pasado domingo
la muestra Paradisus. Jardins i plantes medicinals de Tàrraco a Orleans, de la
que proceden las ilustraciones antiguas de estas páginas. La muestra se ha
debido a un programa europeo de cooperación e intercambio de experiencias
educativas entre ciudades de Europa, en este caso Tarragona y Orleans. La
muestra ha insistido en que "el buen uso de las plantas medicinales
requiere una serie de condiciones previas: la primera, la calidad de la planta
y su correcta identificación; después, es preciso que sea recogida en su
madurez, secada, transportada y guardada correctamente".
Data: Vida | 28/08/2012