8 julio, 2013
La stevia o estevia es el aditivo alimentario E-960, agrupado bajo la nomenclatura “Glucósidos de Esteviol”.
Quería empezar así el post porque apuesto a que mucha gente se estará preguntando ¿Pero cómo? ¿No era “natural”? ¿No era la estevia una panacea “verde” de los edulcorantes? ¿Por qué tiene ese número “E” delante?
Quimifobia everywhere (Ilustración: Isabel Toledo)
Don’t Panic. Esto es debido a la confusión que generan aspectos quimifóbicos como el miedo a los número E-XXX o a la emotividad positiva que despierta la palabra “natural” en alimentación. Tal y como vimos en la entrada “El vacío legal de lo 100% natural”, este término está regulado de una manera completamente laxa y poco contrastable, ya que determina que “algo es natural, cuando cumple ese requisito de manera natural”.
En primer lugar matizar que el hecho de que aparezca una “E” con un número es sinónimo de que este aditivo está reconocido y autorizado para su uso en la Unión Europea, tal y como pasa con las otras familias de aditivos alimentarios:
E-100 (Colorantes)
E-200 (Conservantes)
E-300 (Antioxidantes)
E-400 (Gelificantes, espesantes, estabilizantes)
E-600 (Potenciadores del sabor)
E-900 (gases, recubrimientos, edulcorantes…)
Entre otros
La Estevia, como todo aditivo alimentario, ha seguido el proceso de autorización pertinente, y está reconocido y recogido en el Reglamento 1131/2011 de la UE, con el número E-960.
En él se recoge la misma información que para el resto de Aditivos Alimentarios autorizados, que podéis consultar aquí, en el Reglamento 1129/2011. Como cada uno de ellos, en los “Glucósidos de esteviol” incluyen en qué alimentos se pueden usar y bajo qué condiciones. Tal y como pudimos ver en la entrada “La seguridad de los edulcorantes según los estudios”.
También está recogida su Ingesta Diaria Admisible que es 4mg/kg de peso corporal al día. A estas alturas puede que la sorpresa sea mayúscula
¿Me estás diciendo que la estevia, ese edulcorante natural tiene límite de consumo?
Efectivamente, como la mayoría de edulcorantes alimentarios tiene registrado su Ingesta Diaria admisible, que es consecuencia de dividir el NOAEL (Cantidad sin efectos adversos) entre 100, para tener un margen de seguridad.
Esquema Establecimiento IDA
Puede que la reflexión ahora vaya en el sentido. “Bueno, normal, hasta lo natural mata, pero seguro que por ser natural puedo consumir mucho más que el resto”
Pues tampoco, resulta que la estevia tiene una Ingesta Diaria admisible de 4 mg/Kg de peso y día, mientras que el Aspartamo, uno de los edulcorantes más criticado y constantemente en el punto de mira, tiene una Ingesta Diaria Admisible de 40 mg/kg de peso y día.
¿Me estás diciendo que no puedo tomar tanta estevia, edulcorante natural, como Aspartamo, edulcorante malo-malote?
Efectivamente, según la legislación podríamos consumirla únicamente 10 veces menos.
Pero de la Stevia se dicen cosas buenas, como por ejemplo que reduce la glucemia o que contribuye a la mineralización. Correcto, son alegaciones atribuidas a los edulcorantes en general, y autorizadas por la EFSA en la regulación EU nº 432/2012, por lo que no es propio de la estevia, sino también del (xilitol, sorbitol, manitol, maltisol, lactisol…)
¿A qué se debe el boom de la stevia?
La estevia no tiene tanto aporte energético como el azúcar, ya que su poder edulcorante es debido a compuestos no tan energéticos en nuestro organismo, de ahí que permita reducir el aporte calórico en muchos compuestos.
La estevia ha tenido en los últimos años un boom comercial por haberse vendido bajo la premisa de la naturalidad, (de esta manera asumimos que cataloga al resto de compañeros de artificialidad).
Una pregunta al aire: ¿por qué los glucósidos de esteviol extraídos a 60º, que sufren una posterior nanofiltración y el resultado se cristaliza con evaporadores de vacío se considera natural y el resto de edulcorantes no?
Entiendo que pueda considerarse “tradicional” su uso por parte de los guaraníes de Paraguay, masticando las hojas de la planta, pero es realmente curioso esgrimir el argumento “natural” a un producto comercial, y también comercializado por multinacionales, que sigue tanto procesado como el resto de edulcorantes. Y por eso se autoriza y regula su extracto, no la planta en sí, ya que tendría otros riesgos asociados.
Se trata por tanto de una variante más comercial de los edulcorantes, que satisface en este caso la preocupación por lo natural y el miedo por lo químico.
Captura de la web “stevia-asociacion.com”
Alrededor de la estevia ha surgido una serie de iconografía que la acompaña, el color verde, las hojitas, las plantas, la palabra natural… De hecho aunque es un edulcorante autorizado, el aspecto y la dualidad química-ecología han propiciado que por ejemplo en la wikipedia la imagen característica de la sacarina sea esta, y la de la estevia sea esta:
Sacarina sódica (wikipedia)
Stevia Rebaudiana (Wikipedia)
Otras imágenes que podrían aparecer cuando se habla de Stevia podrían ser también estas dos:
Estructura Glucósidos esteviol
Estevia frente a azúcar
Ni rastro de su composición molecular ¿Por qué? Por quimifobia.
¿Por qué no se habla de que es el E-960? Por quimifobia
¿Por qué se dice “Estevia” y no “Glucósidos de Esteviol? Por quimifobia.
¿Por qué no se relativiza su consumo frente a otros edulcorantes? Por quimifobia
Matizar por último que no tengo nada en contra de la estevia, me parece un edulcorante más, que se puede usar como le apetezca a cada persona; tiene ciertas ventajas y ciertos inconvenientes tecnológicos, como por ejemplo su limitación para refrescos gaseosos.
El post tiene el sentido de abrir las miras a la “Naturalidad” de un edulcorante, poniendo encima de la mesa su proceso de extracción, su Ingesta Diaria Admisible y su emotividad publicitaria que es lo que realmente ha fomentado su consumo.
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