quinta-feira, 17 de dezembro de 2015

Argentina: Huertas urbanas en Rosario, un proyecto con conciencia ecológica y social

Impulsor de multiplicar esta experiencia en cada rincón del país, Antonio Lattuca explicó que "la agroecología tiene diferentes dimensiones: una social, una política de transformación y una técnica, que es la agricultura ecológica con sus distintas escuelas".

Las huertas del Programa Agricultura Urbana (PAU) se encuentran en los barrios más vulnerables de la ciudad de Rosario y producen en forma agroecológica verduras que son vendidas en ferias a iguales precios que aquellas que contienen agrotóxicos: una experiencia en la que ganan por igual productores, consumidores y medio ambiente.

"El objetivo de estos espacios es la producción de frutas y verduras agroecológicas y una de las cosas novedosas de este programa es que tiene espacios permanentes para la producción", detalló a Télam el ingeniero agrónomo Antonio Lattuca, coordinador del programa.

Estos espacios permanentes son denominados Parque Huerta o corredores verdes donde se combinan lo productivo con lo social.

"Los huerteros cuentan con un ingreso a partir de la venta de verduras de alta calidad, producidas biológicamente, que comercializan en ferias en distintas ferias de la ciudad con lo cual los rosarinos pueden acceder a verduras sin agrotóxicos", describió el técnico.

Antes de la recuperación de estas tierras, estos lugares eran basurales: "A partir de la creación de las huertas se transformaron en espacios bellos, con árboles, con plantas, que se integraron al ejido urbano, porque los parque huerta están generalmente cerca de las villas y lugares más marginales de la ciudad y hoy son ámbitos donde hay actividades, como cursos, muestras de huertas y van chefs a cocinar", sostuvo.

El PAU es una iniciativa conjunta entre el Municipio de Rosario, el INTA, el Pro Huerta del Ministerio de Desarrollo Social y la organización CEPAR (Centro de Estudios de Producciones Agroecológicas).

"Estos espacios no requieren grandes inversiones. El tema principal es la tierra, pero en todos los municipios hay terrenos fiscales ociosos, lo que se necesita es hacer un cerco, un sistema de riego y una voluntad política para llevarlo a la práctica", afirmó el ingeniero.

Impulsor de multiplicar esta experiencia en cada rincón del país, Lattuca explicó que "la agroecología tiene diferentes dimensiones: una social, una política de transformación y una técnica, que es la agricultura ecológica con sus distintas escuelas".

El especialista diferenció la producción agroecológica de la agro industrial que, definió, "no es agricultura sino industria en el campo": "La agroecología utiliza la tecnología de los procesos mientras que la agroindustria se basa en la tecnología de los insumos donde todo se compra, la semilla, los pesticidas, los insecticidas".

Esta necesaria transición entre un modelo y otro no puede darse, según explicó el ingeniero, "de un día para el otro", pero sí puede marcar un rumbo hacia donde caminar.

"Hay que comenzar a incorporar diferentes especies que favorecen la producción, empezar a crear abonos a partir de la materia orgánica que se desecha (como el pasto y las hojas secas) y generar preparados vitalizadores que se hacen con plantas medicinales como la cola de caballo y la ortiga", ejemplificó.

A partir de la divulgación de estos procesos, el Programa apunta a que los agricultores puedan manejar sin necesidad de adquirir insumos todo el ciclo de producción de sus alimentos.

"Existe un mito en relación a la producción agroecológica fomentado por quienes tienen intereses en la venta de los insumos que dice que sin los paquetes tecnológicos el mundo no podría abastecerse de alimentos. Esto es completamente falso", afirmó Lattuca.

Y continuó: "En primer lugar, la agricultura industrial que se hace hoy no es para alimentar al mundo, sino a los cerdos europeos o chinos o para biocumbustible y un porcentaje altísimo de la población muere todavía de hambre".

"Pero, además, ya hay suficientes pruebas de lo mal que hacen los agroquímicos a la salud humana y al medio ambiente. Por eso, tenemos que pasar de la denuncia a la acción y generar más experiencias vivas que demuestren que esto es posible y que puede ser hasta más económico", concluyó.

Fuente: Télam

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