Mama Amada Aguilar, Jambiruna/Sanadora, tiene un local en el segundo piso del Mercado 10 de Agosto de Cuenca, desde hace muchos años, ofrece y recomienda plantas medicinales para las diferentes dolencias del cuerpo y el alma, sabiduria que heredó de sus abuelos y padres, en la ciudad de Cuenca.
Patricio Matute, Educador/Gestor Cultural
Jorge Parra/Docente, Universidad de Cuenca
Arturo Quizhpe/Director, ReAct Latinoamérica
La increíble sabiduría de mamas, abuelas, hijas y nietas, es un baúl grande de comparticiones para la prevención en salud y cura de enfermedaes. Durante siglos ésta tradición cultural fue transmitida oralmente y desde el ensayo-error.
La etnobotánica de Ecuador y en especial de las provicnias de Cañar, Azuay y Loja, es muy sustanciosa por la variedad de pisos ecológicos y microclimas que van desde los 5.000 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de los Andes, hasta los valles cálidos sobre los 700 metros. Esto permite tener plantas cálidas y plantas frias que vienen a paliar las enfermedades y dolencias con la correcta utilización de dosis, en los tiempos y espacios necesarios para su ingesta, como también tomando en cuenta el color claro u oscuro, el aroma, y el sabor dulce o ácido de las mismas.
Curar con plantas es un arte, y en Latinoamérica los Kallawayas de Bolivia han sido los médicos nativos que han difuminado sus saberes por estas tierras andinas, aquí está su herencia y su ADN cultural, como la tenía nuestra querida Jambiruna azuaya, recien desaparecida, Robertina Vele Zhingri, a quien queremos dedicar esta humilde investigación desde la comunicación cultural y la antropología cultural.
Hay variedadades nativas inceibles que aún no han sido descubiertas y que presentan caracteristicas especiales para prevenir enfermedades graves, con la paticularidad de que crecen en los pajonales cercanos a los 3000 y 5000 metros de altura.
La particularidad de estas plantas quizá se deba al microbioma limpio/puro de los Andes en donde no ha llegado aún la polución y la contaminación de aire, agua y tierra. Ingerir esas plantas con un microbioma sano, permite controlar el avance de ciertas dolencias. Supimos de variedades fitogeneticas como el shipalpal (palabra cañari), o una variedad denominada chuquiragua, o carne humana, como otras como gañal, pumamaqui, guagual, todas variedades endémicas de los cerros de esta parte del planeta.
Jorge Parra/Docente, Universidad de Cuenca
Arturo Quizhpe/Director, ReAct Latinoamérica
La increíble sabiduría de mamas, abuelas, hijas y nietas, es un baúl grande de comparticiones para la prevención en salud y cura de enfermedaes. Durante siglos ésta tradición cultural fue transmitida oralmente y desde el ensayo-error.
La etnobotánica de Ecuador y en especial de las provicnias de Cañar, Azuay y Loja, es muy sustanciosa por la variedad de pisos ecológicos y microclimas que van desde los 5.000 metros sobre el nivel del mar en la cordillera de los Andes, hasta los valles cálidos sobre los 700 metros. Esto permite tener plantas cálidas y plantas frias que vienen a paliar las enfermedades y dolencias con la correcta utilización de dosis, en los tiempos y espacios necesarios para su ingesta, como también tomando en cuenta el color claro u oscuro, el aroma, y el sabor dulce o ácido de las mismas.
Curar con plantas es un arte, y en Latinoamérica los Kallawayas de Bolivia han sido los médicos nativos que han difuminado sus saberes por estas tierras andinas, aquí está su herencia y su ADN cultural, como la tenía nuestra querida Jambiruna azuaya, recien desaparecida, Robertina Vele Zhingri, a quien queremos dedicar esta humilde investigación desde la comunicación cultural y la antropología cultural.
Hay variedadades nativas inceibles que aún no han sido descubiertas y que presentan caracteristicas especiales para prevenir enfermedades graves, con la paticularidad de que crecen en los pajonales cercanos a los 3000 y 5000 metros de altura.
La particularidad de estas plantas quizá se deba al microbioma limpio/puro de los Andes en donde no ha llegado aún la polución y la contaminación de aire, agua y tierra. Ingerir esas plantas con un microbioma sano, permite controlar el avance de ciertas dolencias. Supimos de variedades fitogeneticas como el shipalpal (palabra cañari), o una variedad denominada chuquiragua, o carne humana, como otras como gañal, pumamaqui, guagual, todas variedades endémicas de los cerros de esta parte del planeta.
Es inminente emprender en el estudio de la etnobotánica de esta parte andina para emprender en el concepto de hogar como clínica, asi no necesitaríamos de los médicos, porque nosotros seríamos nuestros propios medicos, como plantea el Comunicador en Salud Bacterial de ReAct Asia, Satya Sivaraman, o como lo están emprendidendo en el sur de Argentina, en San Martín e los Andes, la Red Jarilla, con sus amados yuyos, como lo llama la Profesora Sandra Marín y una serie de amigas y amigos que bregan porque los yuyos sean reconocidos como medicinas limpias.
Fuente: Patricio Matute
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