El presente artículo ha sido escrito por un investigador de talla internacional en el campo científico y nos valemos de la oportunidad para publicar una obra suya con el objetivo que puedas leer, aprender, implementar y difundir al igual que yo lo haré.
Por Víctor L. Barradas*
Instituto de Ecología, Universidad Nacional Autónoma de México.
Un huerto es un terreno de corta extensión, generalmente cercado y en el que se plantan verduras, legumbres y a veces árboles frutales. Actualmente los huertos han cobrado mucha importancia principalmente en las ciudades, con lo que se espera que tengan al menos dos grandes beneficios, como es la de contribuir a mejorar el ambiente urbano y contribuir en la economía familiar al producir una gran proporción de los alimentos que se consumen. Por ello, son ampliamente auspiciados, no solo por las autoridades gubernamentales, sino también por organizaciones no gubernamentales.
Los huertos por su constitución, son sencillos de construir en las azoteas de las casas ya que ocupan poco espacio (el espacio cultivable depende del área disponible en la azotea); aunque, también se pueden destinar pequeños espacios para ello, en los balcones o en las ventanas de las casas/apartamentos de forma horizontal o vertical.
Una imagen de un huerto urbano con mucha variedad de alimentos. Esta foto - tipo - de Erba Brusca te grafica la importancia de los mismos.-
Su construcción se puede realizar de mil maneras, pero la más práctica puede ser el constituido por pequeños módulos que puedan ser manejables. Por ejemplo un bastidor de madera con la suficiente profundidad para el buen desarrollo de las raíces, en el que se deposita una buena cantidad de tierra/composta y se siembran las semillas o se trasplantan las especies que queremos cultivar. El espacio cibernético es vasto en la información de cómo construir huertos urbanos.
El distribuir estos módulos por la azotea tiene un efecto benéfico, pues la superficie de concreto ya no se calentará tanto en el verano debido a que la radiación solar no llegará directamente; además la evaporación/transpiración refrescará el área cercana. Estos dos mecanismos contribuyen a que las habitaciones debajo de la azotea sean frescas y probablemente no se utilizará el aire acondicionado o ventiladores para refrescarlas, con un ahorro directo al reducir el consumo de energía eléctrica. Indirectamente, se contribuye a mitigar el cambio climático global.
Por otro lado, la evaporación/transpiración producida en los huertos urbanos podría tener algún efecto sobre la mitigación de la isla de calor dependiendo del área destinada a esta actividad. La isla de calor urbana es un fenómeno que se establece al urbanizar algún sitio y consiste de que la temperatura del aire es más alta en el centro urbano que en la periferia, ésta diferencia térmica en Ciudad de México llega a ser de hasta 10 °C. Estas altas temperaturas requieren de utilizar el aire acondicionado u otras formas de ventilación forzada (ventiladores, evaporadores, etc) para refrescar interiores con el fin de mejorar el grado de confort térmico humano, e implicó una inversión eléctrica de 5.68 GW h (5.68 millones de kilowatts hora) en 1996 en Ciudad de México, donde el costo aproximado es de 0.50 dólares US por kilowatt y que significa un gasto de 2.84 millones de dólares US.
No obstante, y a pesar de estos beneficios que pueden presentar los huertos urbanos y la vegetación urbana en general, es necesario discurrir sobre los perjuicios o daños que pueden inducir los mencionados huertos. Es muy bien sabido que la contaminación del suelo, agua y aire es un gran problema mundial hoy en día, pero la del aire se vuelve la más importante porque de alguna manera estamos en más contacto con ella que de las otras. Hace poco la Organización Mundial de la Salud admitió que este tipo de contaminación causa la muerte de cerca de 1.3 millones de personas al año y que la reducción de partículas PM10 o menores de 70 a 20 microgramos por metro cúbico puede disminuir hasta en 15% las muertes relacionadas con la calidad del aire.
Las ventajas y desventajas que señala el Dr. Barradas están disponibles para tu análisis. Un huerto en la azotea de una vivienda en Madrid, España. Fuente Wiki.-
La vegetación urbana y entre ella los huertos tienen la capacidad de reducir la contaminación atmosférica no solo las PM10 sino también el ozono y óxidos de nitrógeno. Por ejemplo, el Laurel de la India (Ficus benjamina) es capaz de incorporar a través de los estomas hasta 18 gramos de PLOMO y otros metales pesados por cada tonelada de hojas secas que produzca. Esta es otro beneficio que presenta la vegetación urbana, pero no así los huertos urbanos.
Como toda planta incluida en un huerto urbano, es capaz de incorporar contaminantes (principalmente metales pesados desde el suelo, el agua y el aire) se debe tener especial cuidado cuando cultivamos cualquier tipo de hortaliza. Muchas plantas como las verduras, legumbres e incluso las que producen granos y frutos son capaces de tomar los contaminantes desde el suelo e incorporarlos en el tallo, hojas, granos y frutos, en concentraciones tan altas que pueden ser dañinas a la salud humana.
Por ejemplo, en lechuga se han encontrado desde 0.7 hasta 3.6 miligramos de PLOMO por cada kilogramo de hojas secas (mg/kg) y así para la col (hoja 1.7 a 2.3 mg/kg), frijol (semilla 1.5 a 2.0 mg/kg), zanahoria (raíz 0.5 a 3.0 mg/kg), tomate (fruto 1.0 a 3.0 mg/kg). Por esta razón la recomendación es la de contar con un suelo o sustrato libre de contaminantes como los metales pesados (plomo, Pb; cromo, Cr; mercurio, Hg; cadmio, Cd; etc.) en los huertos urbanos, así mismo aislarlos de la lluvia (la lluvia en la ciudad puede llevar esta contaminación al suelo/sustrato del cultivo) para que las hortalizas no se contaminen, y como consumidores finales los humanos no acumulemos estos metales ya que no se desechan, son altamente dañinos a la salud y pueden provocar la muerte.
En el caso de la contaminación atmosférica y en las que las partículas PM10 y menores se incorporan al interior de las hojas a través de los estomas, los metales pesados se pueden acumular y presentar altas concentraciones. Esta acumulación, por ejemplo de plomo puede ser tan alta como la mostrada por el Laurel de la India. De esta manera, un huerto urbano debe estar aislado del entorno urbano tal como lo puede estar en un invernadero, o realizar el cultivo en el interior de nuestras casas/apartamentos donde este tipo de contaminación es menor.
Para saber más:
Angima S.D. y Sullivan DM. 2008. Cómo evaluar y reducir el peligro del plomo en los huertos y jardines. Oregon State University. Fecha de acceso 07-mayo-2014 (Enlace).
OMS. 2011. Calidad del aire y salud. Nota descriptiva No 313. Fecha de acceso 07-mayo-2014. (Enlace)
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