terça-feira, 8 de outubro de 2013

Biocombustibles y bioenergía en aumento: Biodiversidad en peligro

Los biocombustibles a escala industrial y la bioenergía, con sus nuevas demandas de madera, productos agrícolas y otros tipos de biomasa vegetal, están teniendo efectos graves e irreversibles en la biodiversidad, especialmente de los bosques. Con el impulso de la inversión extranjera, grandes extensiones de tierra se están destinando a la producción de materias primas para bioenergía en el sur global, socavando así los derechos de los Pueblos Indígenas, la soberanía alimentaria, la reforma agraria y los derechos sobre la tierra. El lenguaje de la CDB “para promover los efectos positivos y minimizar los impactos negativos de la producción de biocombustibles” debe ser reemplazado por un llamado a poner fin a todos los incentivos perversos que promueven la expansión de la producción de bioenergía industrial.
¿Que está en peligro?

Las industrias se unen para formar la nueva bioeconomía

Los biocombustibles y la bioenergía en general se están convirtiendo en la base energética de la “bioeconomía basada en el conocimiento (KBBE)”, basada en la idea de sustituir los combustibles fósiles como fuente de energía y otros productos con la biomasa. Las principales industrias, incluida la biotecnología y dentro de ella la ingeniería genética, la agroindustria, el petróleo, la madera y las industrias de pulpa y papel, todas ven un potencial de ganancias en la “nueva bioeconomía” y el desarrollo de la química a base de vegetales. La UE y los EE.UU. continuarán promoviendo la bioeconomía, mientras que la India, Brasil y China se encuentran entre aquellos que los están explorando. La expansión de la industria de la bioenergía (biocombustibles y biomasa) a gran escala es parte de una agenda política que aduce hacer frente al cambio climático y la seguridad energética pero que compromete seriamente a los usos tradicionales a pequeña escala.

Los objetivos sólo de los EE.UU. y la UE en materia de bioenergía están aumentando la demanda de manera tan drástica que grandes regiones del sur global ya se están convirtiendo en monocultivos industriales y con fines energéticos para la exportación. Si bien esto se hace en nombre de la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, la contabilidad del ciclo de vida en la mayoría de los procesos de bioenergía, incluidos los combustibles para transporte y la combustión para electricidad, indica un aumento neto de las emisiones.

La promoción de biochar (conversión de la biomasa en carbón vegetal) para supuestamente “secuestrar carbono” y por lo tanto proporcionar compensaciones para las emisiones, aumentaría aún más la demanda de biomasa.

La producción industrial no es sostenible

Los sistemas industriales de producción de los productos básicos han llegado a un punto de inflexión de la insostenibilidad. En contraste con los sistemas biodiversos, los sistemas industriales son a gran escala, dependientes de combustibles fósiles y de agroquímicos ,y utilizan un rango estrecho y en gran medida uniforme de las variedades vegetales, razas animales y especies de peces, incluidos los OGM. Los rendimientos se han estancado, la resistencia a las plagas es endémica, y la contaminación del agua, el suelo y el aire es cada vez mayor. Los acuerdos comerciales contribuyen a la erosión de la diversidad biológica mediante la promoción de estos sistemas industriales. Los cultivos para agrocombustibles de los sistemas de monocultivo dependentes de las subvenciones y de combustibles fósiles para su producción, también alimentan la pérdida de la diversidad que sustenta la adaptación al cambio climático.

Impactos sobre la biodiversidad

Desde la última Conferencia de las Partes de la CDB en 2008, varios informes han esclarecido y documentado aún más el impacto de la bioenergía industrial. Entre éstos figuran:

(1) En la medida que aumenta la demanda de bioenergía subvencionada, se destruye la biodiversidad

La demanda de bioenergía está provocando una mayor conversión de los ecosistemas naturales en plantaciones industriales, y también tiene un impacto significativo sobre los recursos hídricos, en la contaminación química y con pesticidas, y sobre los bosques.

En la UE y los EE.UU., las nuevas instalaciones a escala industrial de combustión de leña están creando una nueva fuente importante de demanda de madera, que compromete seriamente las políticas de conservación y restauración de la diversidad biológica forestal.

(2) La bioenergía industrial compite con la producción de alimentos y agrava el hambre

La bioenergía industrial compite con la producción de alimentos tanto por el cultivo en si, como por el agua y la tierra. Sin embargo, el cambio hacia “cultivos” para energía sigue aumentando, desplazando a otros cultivos para sustituir a la biodiversidad y a los bosques en otros lugares. Los promotores de la bioenergía industrial aducen que las tecnologías del futuro que aprovechan la celulosa, plantas no alimenticias y árboles, evitan este conflicto. Pero los requerimientos en materia de tierra, suelo y agua persisten. Los cultivos que son fuente de biocombustibles y de alimento para animales, como es el caso de la soja y el maíz, se suman a las presiones. Además, los estudios han demostrado que no hay suficiente tierra para la producción de biocombustibles que satisfaga la demanda actual de energía

(3) La bioenergía industrial está promoviendo la especulación y la inversión mundial en la tierra, dando lugar a una nueva era de colonización y “apropiación de tierras”

Los inversores se están apoderando de grandes extensiones de tierras en todo el mundo, para satisfacer la creciente demanda de cultivos alimentarios y para bioenergía. Según el International Food Policy Research Institute (IFPRI), los inversionistas extranjeros están negociando ofertas de hasta 20 millones de hectáreas (49 millones de acres) de tierras en África, Asia y América Latina.

Con frecuencia se afirma que esas tierras son “marginales, abandonadas y degradadas”, mientras que de hecho pueden ser utilizadas por los pastores, los pequeños productores de alimentos, los Pueblos Indígenas y las comunidades locales. Los efectos son claros: las personas son expulsadas de sus tierras y su alimentación se torna insegura, las mujeres y sus familias pierden el acceso a la bioenergía radicional para uso local, los ecosistemas se degradan, se fragmentan y pierden su resiliencia y capacidad de regeneración, los suministros de agua se deterioran y agotan, la biodiversidad se pierde y las plantaciones para bioenergía impiden la regeneración de los ecosistemas nativos en esas tierras.

(4) La bioenergía industrial está aumentando el desarrollo y el uso de nuevos cultivos y tecnologías potencialmente peligrosas

Los cultivos y los árboles genéticamente modificados se proponen como soluciones a todo, desde el aumento en la velocidad de crecimiento, hasta lograr que los cultivos y los árboles resulten más fáciles de procesar para la producción de energía. Eucaliptos, álamos y otras variedades de árboles están siendo desarrolladas y probadas para crecer más rápidamente y contener menos lignina (un material estructural de la madera que interfiere con el procesamiento), y recientemente se han diseñado variedades de maíz para que tanto los cereales como los tallos se puedan convertir en etanol, entre muchos otros ejemplos. Los árboles y cultivos modificados tienen el potencial de contaminar los parientes silvestres y amenazan gravemente la biodiversidad. La biología sintética promete la construcción de microbios “sintéticos” para ayudar en la digestión de la celulosa de las plantas industriales de refinación y conversión a biocombustibles y “productos biológicos”. Sin embargo, la biología sintética en gran medida no está reglamentada y se desconoce por completo las consecuencias de la liberación de organismos sintéticos en los ecosistemas.

Las especies invasoras: se sabe que muchos de los cultivos para biocombustible son especies invasoras, por ejemplo: pasto varilla, miscanthus, jatrofa, marango, eucalipto, sauce. Sin embargo, el cultivo de estas plantas está siendo ampliamente fomentado y apoyado.

¡La biodiversidad agrícola alimenta al mundo!

La biodiversidad agrícola es vital para la producción sostenible de alimentos. Es el resultado de sistemas de agricultura ecológica biodiversos y con capacidad de resiliencia, desarrollados por los conocimientos de mujeres y hombres quienes, a pequeña escalas , producen o cosechan los alimentos en los ecosistemas terrestres, acuáticos y marinos. Su selección dinámica, desarrollo y intercambio de semillas y otros materiales de las plantas, así como el ganado y otras especies alimenticias – recursos genéticos para la alimentación y la agricultura – han creado la biodiversidad agrícola que, literalmente, alimenta al mundo. Esta provisión de alimentos a pequeña escala alimenta al menos el 70% de la población mundial.

La biodiversidad agrícola necesita del cuidado humano, la sabiduría y el conocimiento para sobrevivir, desarrollarse y adaptarse a los ecosistemas locales, culturas y necesidades. La Biodiversidad de las semillas, razas de animales locales y especies acuáticas, y sus conocimientos tradicionales asociados, han sobrevivido porque son continuamente utilizados, mejorados y transmitidos a las generaciones sucesivas e intercambiados libremente dentro y entre comunidades, países y continentes. Ecoportal.net

ETC Group


Matéria no Ecoportal.net, reproduzida pelo EcoDebate, 08/10/2013

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