febrero 19, 2013
¿Quién no ha comido alguna vez de más? Hay muchas ocasiones en el que el exceso de comida se ha convertido en una tradición: cumpleaños, fiestas patronales, bodas, reuniones familiares, navidades… En estas fechas resulta difícil huir de las comidas copiosas. Nos vemos casi empujados a abusar de la comida y la frase más oída es: “un día es un día”. Tras estas comilonas, el estómago se ve obligado a trabajar mucho más, produciendo más ácidos y jugos gástricos para poder asimilar los alimentos. Estos excesos pueden acarrear diversas consecuencias dependiendo de cada persona como: acidez, retención de líquidos, pesadez, flatulencias, hinchazón…
Pero, ¿qué es la digestión? La digestión es el proceso de transformación de los alimentos, previamente ingeridos, en sustancias más sencillas para ser absorbidos; un proceso muy lento que se alarga cuando se ingieren alimentos excesivamente ricos en grasa o fibra.
¿Cómo deberíamos comer?
En muchas ocasiones el ritmo de vida que llevamos nos impide comer bien, sentados, con tranquilidad. Y cuando a esto añadimos unos hábitos poco saludables, la cosa se complica y aparecen algunos trastornos: malas digestiones, dolor de estómago, obesidad…
Los siguientes consejos te ayudarán a favorecer la digestión:
Comer adecuadamente: despacio, masticando bien para que la saliva facilite el proceso.
No abusar del agua durante las comidas, porque se neutralizan los ácidos y las digestiones se hacen más lentas y difíciles (es conveniente beber 30 minutos antes y/o después de las comidas).
Limitar los alimentos o platos demasiado grasos (fritos) o que incluyen carnes muy grasas, los platos muy condimentados, los picantes o los alimentos excesivamente azucarados porque provocan digestiones más lentas y pesadas de lo normal.
Guardar un orden en el horario y distribución de las comidas, es decir, no comer en exceso pues es mejor poco y a menudo.
Descansar un rato después de las comidas, aunque no inmediatamente. La siesta se considera un hábito muy saludable. sin embargo con 15 o 20 minutos es suficiente (si se alarga mucho más probablemente despertaremos con la sensación de que la comida no ha sido digerida y sentiremos malestar general). Además, se recomienda adoptar una posición fetal recostados sobre el lado derecho aunque las personas que sufran de reflujos gástricos deberían permanecer en el sofá, por ejemplo, para evitar dichas molestias.
Realizar el resto de comidas más ligeras si sabemos con anterioridad que vamos a tener una comida copiosa.
El papel de la Fitoterapia en la digestión
Si, a pesar de todas estas recomendaciones, nos encontramos con los trastornos digestivos citados de forma precedente, las plantas medicinales nos ayudarán a ejercer una acción favorecedora del conjunto de los procesos digestivos, regulando la movilidad del estómago e intestino y aumentando la secreción de los jugos necesarios para la digestión. Muchas de ellas se han usado desde la antigüedad y su conocimiento ha sido transmitido de generación en generación, por lo que su eficacia terapéutica y seguridad pueden considerarse respaldadas por su amplia utilización.
Toma nota:
Plantas para facilitar las digestiones difíciles: la Manzanilla Amarga y la Manzanilla Dulce (se emplean las flores) son útiles en dispepsia, aerofagia, digestiones difíciles y espasmos digestivos. El Boldo está indicado en los casos de digestión lenta o difícil, pesadez de estómago y mal sabor de boca. La Alcachofa ayuda positivamente contra el problema de la mala digestión. La esencia de la Menta (el mentol) favorece la digestión.
Plantas para facilitar la eliminación de gases: el Anís Verde tradicionalmente se ha utilizado para el tratamiento de la flatulencia (acumulación de gases). El Hinojo facilita la expulsión de los gases y estimula el movimiento intestinal.
Plantas para tratar úlceras: el Regaliz es un producto natural usado como cicatrizante de úlceras y el Malvavisco empleado por su riqueza en mucílagos para el tratamiento de gastritis y úlceras.
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