Data: 29.08.2013
Aunque la forma ideal de consumir las plantas aromáticas sea frescas, no queda más remedio que guardar secas para el invierno si queremos seguir disfrutando de ellas (de las propias,claro).
El procedimiento a seguir es muy sencillo:
Cortamos los tallos por la mañana, una vez desaparecido el rocío pero antes de que el sol caliente con fuerza.
Atamos los tallos en pequeños ramilletes que protegemos del polvo y los insectos con un cucurucho de papel de seda o una bolsa de papel o una tela muy fina.
Los colgamos boca abajo durante 8 o 10 días en un lugar seco, oscuro y ventilado para que se sequen.
Una vez secas, podemos dejarlas así o desmenuzarlas y guardarlas en cajitas o tarros.De esta forma conservo yo tomillo, orégano, albahaca de hoja pequeña...
Si las hojas son delicadas y muy húmedas, (albahaca de hoja grande, menta, estragón…) hay que secarlas muy deprisa para que no se estropeen. Con ellas, procederemos del siguiente modo:
Desprendemos las hojas del tallo con una tijera o simplemente con los dedos.
Deshechamos los tallos y extendemos las hojas sobre una bandeja cubierta con papel de cocina.
Cubrimos la bandeja con una tela fina tipo muselina y la colocamos en un lugar cálido y seco.
Movemos las hojas y les damos la vuelta con frecuencia hasta que se vean secas y crujientes.
Después las metemos en cajitas de cartón o en recipientes o en tarros herméticos y guardamos éstos en un lugar oscuro o un armario. Nada de ponerlos en una ventana porque recibirían exceso de luz.
Con las semillas hacemos algo parecido:
Se recogen cuando se las ve maduras, bien llenas y de color marrón.
Se ponen extendidas sobre una bandeja para que se sequen y aireen bien durante unos días
Se recogen en bolsas de papel bien etiquetadas y se guardan en un lugar oscuro y seco.
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